La Casa Real española vuelve a ocupar titulares, esta vez debido a un acuerdo económico entre el rey emérito, Juan Carlos I, y su hija, Cristina, para afrontar la problemática situación de Irene Urdangarin, la menor de los hijos de la infanta.
Según trascendió, el emérito se comprometió a destinar 40.000 euros anuales durante cuatro años para cubrir los gastos universitarios de Irene, una cifra que refleja no solo el alto costo de la educación en Oxford, sino también el desafío personal que enfrenta la familia Borbón-Urdangarin.
Una etapa académica y personal complicada para Irene Urdangarin
La separación de sus padres, Cristina e Iñaki Urdangarin, marcó profundamente a Irene, impactando no solo su entorno familiar, sino también su rendimiento académico. Antes considerada una estudiante modelo, su desempeño cayó drásticamente durante los años de mayor exposición mediática de su familia.
Fuentes cercanas a la joven aseguran que incluso llegó a suspender asignaturas clave durante el Bachillerato Internacional, aunque logró finalizarlo con un rendimiento por debajo de lo esperado. Inicialmente, Irene tenía el sueño de estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa Universidad de Lausana, pero no logró superar las pruebas de admisión. Esto la llevó a tomar un año sabático que encendió alarmas en su madre, preocupada por las nuevas amistades y hábitos que Irene había adoptado durante su estadía en la Zarzuela. Durante ese período, la joven intensificó su vida social junto a su prima, Victoria Federica, una relación que, según la infanta Cristina, influyó de forma negativa en Irene.
El traslado de Irene Urdangarin a Londres y los desafíos en Oxford
Para alejar a su hija de la creciente exposición pública y brindarle una oportunidad de retomar el rumbo, Cristina convenció a Irene de mudarse al Reino Unido y comenzar sus estudios en Organización de Eventos en la Universidad de Oxford. Sin embargo, los problemas no desaparecieron con el cambio de entorno. Irene ha tenido dificultades para adaptarse a la vida académica y social en Londres. Su rendimiento sigue siendo preocupante, con varias asignaturas suspendidas y una notable desconexión del ámbito universitario.
Según allegados, Irene siente que la carrera que eligió no la motiva y extraña tanto a su pareja como el estilo de vida que dejó en España. La infanta Cristina, consciente de que su hija está al borde de abandonar los estudios, realizó recientemente un viaje de emergencia a Londres para intentar revertir la situación.
La matrícula universitaria de Irene, valorada en 16.300 euros anuales, fue inicialmente cubierta por su madre. Sin embargo, su abuelo decidió hacerse cargo del resto de los costos con la condición de que la joven no suspenda asignaturas. Este acuerdo, que se prolongará por cuatro años, representará una inversión total de 160.000 euros por parte del monarca emérito, que ya es conocido por apoyar económicamente a varios de sus nietos.
VO