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La pasión lo traicionó: fue a la cancha a ver a River y terminó preso por secuestrar a dos chicas por un celular

Alrededor del Monumental ayer al atardecer todo era expectativa. El calor de enero daba un respiro y una brisa aliviaba la caminata de los miles de hinchas que colmaron los accesos en la previa de la presentación de los refuerzos de River y el amistoso que el equipo de Gallardo ganó por 2 a 0 ante una versión alternativa de la selección de México. En medio de esa algarabía, Braian Daniel M. (26) apostó por mezclarse entre la multitud rojiblanca y llegar a la cancha. Pero la pasión lo traicionó: lejos de gritar los goles de Galoppo y Borja, terminó preso.

La detención no tuvo que ver con un incidente previo al partido, sino con un hecho de 2020 por el que M. tenía un pedido de captura nacional e internacional vigente. Fue denunciado junto con otros tres imputados por el secuestro extorsivo de dos chicas de 14 y 15 años en Lanús, a las que acusaban por el presunto robo de un celular.

De acuerdo a los testimonios recabados en la causa, a la que tuvo acceso Clarín, una vez que las tuvieron cautivas les exigieron a sus familiares dinero y un teléfono nuevo. La amenazaba era que si no cumplían, las iba a matar. También las sometieron a agresiones físicas y psicológicas.

Habían pasado cuatro años del hecho y M. llegó ayer a los anillos de seguridad del Monumental como un hincha más. Llevaba una chomba roja de River y bermuda de jean. Tenía la convicción de que iba a pasar inadvertido y que llegaría hasta el estadio.

Pero en uno de los controles le pidieron su DNI y su nombre saltó en el listado de Tribuna Segura. Había sido incluido cuando el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal 2 de Lomas de Zamora solicitó su captura y el pedido al Sistema de Identificación Policial (SIFCOP). Fue detenido por la Policía de la Ciudad y quedó a disposición de la Justicia.

El caso tiene evidentes similitudes con una de las secuencias más recordadas de la película El secreto de sus ojos, cuando un asesino que estaba prófugo es encontrado en la cancha de Huracán porque había ido a ver a su equipo.

Braian Daniel M. (26) fue detenido cuando quiso entrar a ver el partido de River contra México. Tenía un pedido de captura por una causa de secuestro extorsivo.

«Parece cinematográfico pero ocurre a menudo. Tenía pedido de captura vigente por un secuestro extorsivo en la provincia de Buenos Aires. Ayer fue a la cancha y, tras pasar por el control de Tribuna Segura, quedó detenido y a disposición de la Justicia», afirmó el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, en un posteó que titulo «La pasión que los condena».

En el mismo sentido también su par nacional, Patricia Bullrich, planteó que el fútbol puede ser un talón de Aquiles para quienes vienen evadiendo a la Justicia desde hace tiempo. «Está estudiado: ninguna persona cambia sus pasiones», posteó en su cuenta de X al difundir la detención, en una frase que recuerda el discurso del personaje que interpreta Guillermo Francella en la película de José Luis Campanella que ganó el Oscar en 2010.

La causa por la que está prófugo

El pedido de captura sobre Braian Daniel M. y otro acusado (Fabián Ezequiel N.) fue librado por la Justicia en diciembre de 2020. El objetivo era indagarlos por su presunta participación en un caso que hoy fue calificado por el Ministerio de Seguridad nacional como «uno de los hechos más graves de secuestro extorsivo registrados en los últimos años».

De acuerdo la secuencia descripta en la causa, la noche del 28 de noviembre de 2020, dos chicas de 14 y 15 años fueron a una fiesta en el barrio El Tala de Villa Caraza y tras permanecer 15 minutos se fueron a la casa en la que residían Brian Daniel M., Fabián Ezequiel N. y la madre de Brian, Laura N. Allí pasaron la noche y en la mañana del 29 de noviembre volvieron a su casa en El Jagüel.

A las 3 de la tarde, Brian llamó enojado a una de las chicas. Las acusó de robarles un celular y les reclamó que lo devolvieran. Ellas negaron tenerlo y él les pidió que fueran a su casa para que lo ayudaran a buscarlo. Cuando llegaron, había otros tres jóvenes en el lugar, además del dueño de casa y su madre. Allí, detalla la denuncia, comenzó su calvario.

«Los cuatro sujetos golpearon a las adolescentes, propinándoles patadas, tirándolas al piso y pegándoles con “fierros”. Además, les tiraron shampoo en el pelo y se lo quisieron incendiar con un encendedor y un desodorante. A su turno, les revisaron los bolsos que ambas tenían, para posteriormente quitarles las zapatillas que llevaban puestas», detalla el pedido de detención.

Cuando las chicas negaron el robo, siempre según la causa judicial, los habrían comenzado las amenazas: los acusados les exigían el pago de $ 80 mil (lo que valían el teléfono que presuntamente habían robado), y enviaron mensajes extorsivos a los familiares.

«Nos cagaron a palo y hasta que no aparezca la plata del celu o el celu no nos vamos a ir”, fue uno de los mensajes en Facebook que llegaron desde los perfiles de las chicas a sus familiares.

Finalmente, acordaron el pago del rescate por dos mil pesos y un teléfono Samsung SM­G 532M. La madre de las chicas fue al encuentro con un policía encubierto que hizo de remisero y tras entregarle sólo el dinero, logró subir a la chicas al auto. El agente tuvo una breve pelea con los acusados, y logró escapar.

D.D.

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