A pesar de la baja de retenciones, se sembraría menos soja en la campaña 2025/26 con respecto a la anterior, aunque el área se ubicaría como la segunda de los últimos cinco años, de acuerdo con el informe pre-campaña de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
De acuerdo con el relevamiento realizado a principios de agosto, se proyecta una superficie sembrada de 17,6 millones de hectáreas, que representan una disminución de 4,3% con respecto a la campaña 2024/25, cuando se alcanzaron 18,4 millones de hectáreas.
En julio de este año, el gobierno de Javier Milei anunció una rebaja permanente de retenciones a las exportaciones para el complejo sojero, del 33% al 26% para el poroto, y de 31% a 24,5% para los subproductos de la oleaginosa.
“La soja viene siendo el motor de las exportaciones argentinas”
“La reducción estaría explicada principalmente por una menor intención de siembra de soja de primera frente a cultivos como maíz y girasol. La recuperación del área de maíz, favorecida por la baja en la presión de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz, junto al incremento del trigo y el buen desempeño del girasol, explican la reducción en los planteos de primera», indica el informe de la Bolsa.
Y añade: «Sin embargo, el aumento del área triguera impulsa mayores planteos para soja de segunda, moderando la caída a nivel nacional. Es por ello por lo que se prevé una mayor proporción de planteos de segunda en comparación a la previa campaña”.
Con respecto a las condiciones climáticas, se estima una campaña con condiciones dentro de los rangos normales de precipitación para la ventana de siembra.
Números ajustados para la soja
La reducción de 800.000 hectáreas también se debe a factores económicos, tales como la relación insumo-producto y los márgenes de rentabilidad.
En cuanto a la relación insumo-producto, que mide la cantidad de grano necesaria para adquirir una unidad de insumo, la relación entre el precio de la soja y el combustible mostró una mejora del 3,5%, al igual que la relación con el glifosato, que se fortaleció en un 12,2%. Ello quiere decir que se requiere una menor cantidad de soja para adquirir el mismo volumen de combustible y herbicida. Por otro lado, la relación con los fertilizantes evidenció un deterioro de 12,1% con respecto al ciclo previo.
Con respecto a los márgenes económicos, “resultan ajustados, especialmente al incorporar los costos de arrendamiento. Si bien la caída en el valor de algunos insumos otorga cierto alivio, la rentabilidad continúa siendo reducida e incluso negativa en varias regiones productivas”, señala el informe.
LM/DCQ