Es el fin de un sueño. O de una pesadilla, quizás. Y tiene por protagonista a un basural de la ciudad de Newport. Allí fue a parar, en teoría, un disco rígido con unos 8000 bitcoins que el ingeniero informático James Howells descartó por error a mediados de 2013.
No recordaba que allí había guardado el monedero digital con los datos de esos 8000 bitcoins que había minado en su casa en 2009, cuando el bitcoin valía fracciones centavos. Pero el bitcoin pasó de 13 dólares a principios de 2013, llegó a un pico de 1100 dólares en diciembre, y cerró el año con una valuación de 750 dólares.
La disparada del precio hizo recordar a Howells que él algo de bitcoin tenía por algún lado. Buscó el disco donde había guardado los datos (súbitamente muy valiosos) y no lo encontró. Recordó que había puesto el disco en una mochila durante un evento laboral, que dejó la mochila en el hall de su casa, y que su pareja de entonces, Halfina Eddy-Evans (tienen dos hijos juntos), creyó que la mochila era basura, y la tiró con otras bolsas en el tacho de la cuadra. Así que Howells siguió la lógica: del tacho de basura va al basural. A buscarlo ahí.
Lo que siguió fue una pesadilla que duró algo más de diez años: Howells viendo cómo esa fortuna que tuvo en su casa crecía a cantidades astronómicas (hoy, unos 760 millones de dólares), cómo sobre la pila de basura donde teóricamente estaba ese disco rígido crecía, tapada a diario por más desechos, y cómo el ayuntamiento de Newport, Gales, se negaba a darle un permiso para que entrara a revisar la basura en busca de un dispositivo del tamaño de un libro de bolsillo. Según el municipio, y más allá del riesgo de salud que representa para Howellls revisar la basura, todo lo que está en el basural es de su propiedad.
Probó con demandar al ayuntamiento, con ofrecer el 10% de las regalías al municipio si encontraba el disco, con contratar un equipo de gente dispuesta a revisar la basura en busca del disco (del que no hay garantías de que esté ahí, ni de que siga funcionando), de explicar que solo tienen que revisar una parte específica del basural, unas 100.000 toneladas de las 1400 millones de toneladas de basura que están en el lugar. Nada.
Según reportó The Guardian hace unos días, la Justicia galesa desestimó la demanda. Según el juez de la causa, «los detalles de la demanda no muestran ningún motivo razonable para presentar este caso. También considero que la demanda no tendría perspectivas realistas de prosperar si fuera a juicio y que no hay otra razón de peso para que se desestime en el juicio”.
“El caso, que fue desestimado en la primera audiencia, ni siquiera me da la oportunidad de explicarme ni la oportunidad de obtener justicia en cualquier forma. Había mucho más que podría haberse explicado en un juicio completo y eso es lo que estaba esperando”, le dijo Howells a la BBC. Añadió que había “estado tratando de colaborar con el Ayuntamiento de Newport de todas las formas humanamente posibles durante los últimos 12 años” y que ahora le dijeran que se le acabó el tiempo fue como “una patada en los dientes”. “No se trata de avaricia, estoy feliz de compartir las ganancias, pero nadie en una posición de poder tendrá una conversación decente conmigo”, dijo.
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