En diálogo con Canal E, el periodista Henrik Rehbinder abordó desde Los Ángeles el asesinato de Charlie Kirk y su efecto en el clima político y la libertad de expresión en Estados Unidos.
Un crimen político con impacto nacional
El asesinato del líder conservador Charlie Kirk ha generado una fuerte conmoción en Estados Unidos y se ha convertido en un símbolo para sectores afines al presidente Donald Trump. Según explicó el periodista, “el asesinato le golpea muy de cerca al corazón de Trump, del gobierno de Trump y del movimiento cristiano blanco que impulsa las redes”.
Kirk, fundador de la organización juvenil conservadora Turning Point USA, había ganado gran protagonismo como operador político del trumpismo. “A los 18 años se propuso llevar el pensamiento conservador a las universidades, y en 13 años abrió 850 sedes”, remarcó Rehbinder.
Pero más allá de su activismo, su rol fue clave en la estrategia electoral republicana. “A Charlie Kirk se le atribuye gran parte de la responsabilidad de la selección de J.D. Vance como vicepresidente”, señaló el periodista. Su influencia ayudó a que Trump captara una porción del voto joven masculino que antes era esquiva para los republicanos.
Libertad de expresión en jaque
El crimen también ha encendido un nuevo frente: la libertad de expresión. “Se están registrando despidos en el ámbito público y privado por justificar el asesinato en redes sociales”, dijo Rehbinder, y señaló que muchas voces críticas han sido silenciadas o censuradas bajo presión política.
“Hoy está desapareciendo rápidamente la libertad de expresión que caracterizaba a Estados Unidos”, afirmó. Citó casos como la demanda de Trump por 12 mil millones de dólares contra The New York Times y presiones para quitar licencias a medios como NBC y CBS.
Además, destacó un punto paradójico: “La reacción del gobierno de Trump va en contra de los principios que el propio Kirk decía defender”, haciendo referencia a las represalias contra quienes expresaron opiniones disidentes, aunque no celebraran el crimen.
El asesino, cuya identidad no se ajusta al estereotipo que pretendían instalar desde ciertos sectores conservadores, generó desconcierto. “Es un joven mormón, conservador, con derecho a portar armas. No encaja en absoluto en el perfil de un extremista de izquierda”, explicó Rehbinder. Eso debilita el intento de construir una narrativa de conspiración izquierdista detrás del crimen. “Este asesinato muestra los límites de una sociedad hiperarmada y polarizada, donde la violencia política parece inevitable”, sostuvo.
Un mártir para la campaña electoral
Para Rehbinder, el memorial de Kirk será utilizado políticamente por el entorno de Trump. “Van a tratar de expandir el martirio de Kirk como un mártir cristiano, y usarlo contra los ‘diabólicos’ demócratas”, advirtió.
Contrapuso esta postura con la reacción del expresidente Obama ante un crimen racial en 2015: “Obama llamó a la unidad. Trump pide venganza”.
Finalmente, Rehbinder alertó sobre el temor creciente entre influencers conservadores: “Algunos ya dijeron que dejarán de publicar por miedo a ser atacados”. El caso Kirk no solo dejó una víctima fatal, sino también un terreno fértil para más polarización, censura y violencia.