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Pablo Vicó, DT icónico del ascenso, se despide de Brown, de Adrogué, luego de 15 años

Su despedida no debería tener tristeza, si él le dio alegría no sólo a su equipo, sino también al fútbol del ascenso todo. Más aun: su imagen representó una vía de escape en las miserias del fútbol argentino. Pablo Vicó se alejará esta noche del cargo de entrenador de Brown, de Adrogué, donde dejó una huella durante 15 años al frente de la primera división. La última función será este viernes, a partir de las 21 y frente a Estudiantes en Río Cuarto. Se marcha por los “malos resultados” que afronta en la temporada de la Primera Nacional. El club del sur del conurbano está último en la zona B, con 8 puntos en 13 fechas. Y ganó una sola vez: un 2-1 sobre Almirante Brown, vaya coincidencia.

Vicó fue protagonista de dos ascensos y tiene una relación de afecto con la institución, que se refleja en una canción de la hinchada. Y algo más: vive bajo una tribuna del estadio. “Tendría que ir a algún departamentito, es lógico. Tengo que dejar, darle el paso a la gente que va a venir”, sostiene el hombre de 68 años. Se aloja en una habitación a unos metros del campo de juego. “A unos 60 o 70 pasos”, contó alguna vez.

El acuerdo entre Vicó y la dirigencia para concluir el vínculo se precipitó debido al decepcionante desempeño de Brown. Hubo, desde luego, otros momentos críticos, pero esta vez coinciden en que debe darse ahora el punto final.

El DT tuvo muchas sonrisas en Brown a lo largo de su década y media en el club, que incluyó dos ascensos; uno de ellos lo ayudó a mitigar la devastación por la muerte de un hijo.Instagram

Desde sus humildes inicios de sereno en la pensión de la pequeña entidad hasta su ascenso como entrenador del equipo profesional, Vicó fue un símbolo de constancia y dedicación. Su salida deja un vacío en la historia del club. Dirigió a Brown en 569 partidos, con 204 victorias, 185 empates y 180 derrotas.

Entre los momentos más memorables de su carrera se encuentran dos ascensos: el primero, a la B Nacional en la temporada 2013/2014, y el segundo, a la misma categoría en noviembre de 2015, según detalla la agencia Noticias Argentinas.

En 2015, luego de sufrir la pérdida de su hijo en un accidente vial, Vicó encontró consuelo en el éxito de Brown, que le llevó paz durante el partido que aseguró la suba de categoría. La conexión entre Vico y el club de Adrogué trasciende lo deportivo: los hinchas lo respetan como a un padre y el buffet del club lleva su nombre.

Nariz aguileña, bigote icónico, larga trayectoria: «Don Ramón» se ha convertido en un personaje entrañable del ascenso.

La despedida del sexagenario de la nariz aguileña y el bigote emblemático marca el cierre de una de las páginas más icónicas del ascenso argentino, pero su influencia en el club. En las últimas horas el DT se postuló para entrenar a Huracán, club del que es hincha. Aseguró que su cuerpo técnico “está capacitado para ir una categoría más arriba” y dejó en claro que estará atento a toda oferta: “Escucharemos a todos. No voy a meterme en cualquier zona. Somos siete personas. No vamos a apurarnos, aunque tenemos la necesidad de trabajar”.

A TyC Sports le reveló ese anhelo de preparar al Globo en la primera A. “Sería una ilusión muy linda, ojalá. Pero no depende de nosotros. Depende de los dirigentes, si quieren apostar a un técnico del ascenso”, afirmó. Y fue detallista: “A los técnicos del ascenso no les fue mal… Diego Martínez, [Ricardo] Caruso Lombardi, [Ricardo] Zielinski, el Huevo [Sergio] Rondina. Todos hicieron todos buenas campañas”, advirtió.

Eliminación a Independiente por Copa Argentina

Vicó palpita su despedida de Brown, de su casa. Desecha etiquetas inmortales, aunque sabe que su aura, a la distancia, tiene brillo… desteñido. “No me siento el Ferguson del fútbol argentino”, refirió al escocés que pasó exitosas décadas continuas en Manchester United. “Tuve la suerte, a lo mejor la coherencia de una dirigencia que trazó un proyecto, y estuvimos a la altura de las circunstancias. No voy a decir que estoy alegre… Son 15 años de trabajo, cuatro reducidos, dos semifinales que perdimos contra Sarmiento. Les ganamos a todos los grandes de la categoría en 2013… Son muchas cosas las que dejamos. Todo lo que empieza en algún momento termina”, añadió.

“Don Ramón” –así se lo apoda cariñosamente, por su parecido al personaje de El Chavo del Ocho– es un tipo normal. En una histórica eliminación a Independiente por la Copa Argentina, contó por qué el utilero del club mostraba un muñeco de Don Ramón. “Se lo pidieron 200 personas, pero no quiere darlo. Hoy lo sacó, y cada vez que lo saca, para nosotros es positivo”, reveló en medio de la euforia el DT.

Uno de sus dos ascensos en Brown

Ahora todos es recuerdo. Las imágenes se suceden como en laberintos. “No me salieron bien las cosas. Lo más inteligente, cuando no salen las cosas, es dar un paso al costado y darles a los dirigentes la chance de que elegir a otra persona, que capaz lo saca más rápido que nosotros. Si vos realmente querés a la institución y las cosas no están saliendo, tenés que dar un paso al costado”, aceptó.

Para otra ocasión quedará ese deseo demoledor, que lo pinta tal cual es, pura nobleza, puro sentimiento: “Quisiera morirme dirigiendo a Brown”.

LA NACION

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