CÓRDOBA.- Sigue en Traslasierra la conmoción por el crimen de Omar Cabrera, el hombre de 58 años asesinado en Mina Clavero por quien era su pareja, que lo descuartizó y escondió los restos en bolsas negras que arrojó en la localidad de Las Rabonas. La mujer, que confesó el hecho y guio a la policía para que concretara el hallazgo macabro, está detenida e imputada por homicidio.
Aún no declaró ante la fiscalía que lleva adelante la causa, por ahora sin una hipótesis clara que sirva para explicar el escalofriante suceso. Un eventual móvil del crimen apunta a una supuesta pelea por dinero, aunque las autoridades judiciales averiguaron que ambos tenían problemas para subsistir con sus magros ingresos. La acusada es madre de una niña.
Cabrera estuvo desaparecido más de una semana. Había sido visto por última vez el lunes 29 de abril cerca de Mina Clavero, donde vivía. Los días siguientes, equipos especiales lo buscaron en toda la zona. Hasta que el sábado a la noche, después de varios interrogatorios en los que se profundizaron las contradicciones de sus explicaciones, la mujer se quebró y confesó que lo había matado y desmembrado.
El domingo, las bolsas donde había ocultado el cuerpo diseccionado de Cabrera fueron encontradas en Las Rabonas. Ella misma dio la pista para que los bomberos y la policía encontraran los restos.
La denuncia por la desaparición fue presentada el 1 de mayo. Cabrera era oriundo de Buenos Aires, había revistado en el Ejército Argentino y se radicó en Mina Clavero hace ocho años.
Tanto él como la mujer trabajaban en un restaurante de Arroyo de Los Patos, en la misma zona de Traslasierra. Ella era cocinera y él era “banderillero”, es decir, quien invitaba a la gente a entrar y ordenaba el estacionamiento. Convivían por temporadas.
El seguimiento de la señal del teléfono móvil de Cabrera fue clave para determinar sus últimos movimientos. La mujer había sido interrogada y empezaron a aparecer contradicciones; en las últimas horas del sábado se quebró.
Según algunos testimonios que recogió la Justicia, Cabrera le prestaba dinero a su victimaria. Su tarjeta de débito estaba en la casa de ella. De todos modos, es claro que él no manejaba sumas de dinero importante. Es una hipótesis, pero a los propios investigadores les cuesta dimensionarla porque ambos apenas podían sobrevivir económicamente.
La mujer es madre de una niña, quien no habría estado en la vivienda donde habría asesinado a Cabrera de un golpe. La autopsia reveló que la “causa eficiente” de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico con hemorragia cerebral. Fuentes policiales aseguran que no se encontraron rastros de sangre en esa casa.
La mujer, según comentarios de comerciantes vecinos, salió varias veces a comprar bolsas de consorcio. En ellas metió el cuerpo descuartizado; la policía las encontró en un lugar conocido como “la cola” del Dique La Viña, en Las Rabonas, a unos ocho kilómetros de la casa donde Cabrera habría sido asesinado.
La causa está en manos de la fiscal Analía Gallaratto quien ordenó la detención inmediata de la mujer el domingo y su traslado a la cárcel de Bouwer, en las afueras de la ciudad de Córdoba.
Los investigadores analizan cómo hizo la asesina para trasladar las bolsas, si recibió ayuda de un tercero y cuál fue el motivo del crimen.