«Yo jugué tres mundiales –uno para la Selección juvenil y dos para la Mayor– y me mantuve durante 11 años en Europa por las enseñanzas que me dio Cesar Luis Menotti, que fueron en el momento justo de mi vida». De esta manera, Gabriel Calderón reconoce lo que le generó haber conocido al primer entrenador campeón del mundo con la Selección Argentina cuando tenía 19 años.
En 1979, Menotti armó un plantel de 18 juveniles para disputar la Copa del Mundo Sub 20 en Japón. Entre los convocados estuvieron Diego Armando Maradona, Ramón Díaz, Juan Simón y Calderón, quien en ese momento se destacaba en el Racing Club de Avellaneda. A partir de ese año, Calderón y Menotti forjaron una gran relación que perduró con los años, ya que el entrenador fue muy importante en la construcción de la carrera del exdelantero. «Yo nunca pude haber sido un Messi o un Maradona, pero crecí con mis condiciones gracias a Menotti. Fue la maduración perfecta», revela el hombre de 64 años en una charla con Página/12.
Bajo el mando de Menotti, el exatacante disputó los seis partidos de Japón 79, donde marcó tres goles, y jugó cuatro encuentros en la Copa del Mundo España ’82, donde fue titular en dos partidos frente a El Salvador y Brasil, e ingresó contra Hungría e Italia. «El Flaco nos hizo entender de táctica para ser mejores jugadores y más completos», reconoce el chubutense.
–¿De qué manera atravesaste el fallecimiento de Menotti?
–A mi edad uno ya perdió muchos seres queridos; y el Flaco es un ser querido más. Pero nunca querés que un ser querido se vaya, así que son días de mucha tristeza. Menotti quedará entre nosotros eternamente. La llegada de César fue un antes y un después en el fútbol argentino. Todo siempre evoluciona y el Flaco fue el entrenador más importante que tuve e hizo revolucionar el fútbol, sin dudas.
–¿Por qué lo definís como el mejor de todos?
–Por sus conocimientos y todo lo que nos transmitió desde la táctica colectiva e individual. Eso para mí marcó una diferencia, porque los jugadores argentinos tenemos calidad, pero si después cuando llegas a la élite y no entiendes de táctica colectiva e individual, quedas a mitad de camino. Por eso, dicen que es difícil llegar, pero más difícil es mantenerse.
–¿Qué primer recuerdo se te viene a la cabeza del Mundial de Japón de la mano del Flaco Menotti?
–Las palabras que tuvo cuando nos concentró por primera vez. Al Flaco lo conocíamos de la televisión por haber sido campeón con la Selección Mayor en 1978, y nos preguntábamos: «¿Qué campeón del mundo con la Mayor quiere dirigir un Mundial con la Juvenil?». Eso no lo hace nadie (risas), porque está asumiendo una responsabilidad enorme y ya ganó la máxima. Además, que va a hacer con los juveniles, ya que podría terminar siendo criticado si le iba mal en Japón, pero el Flaco siempre estuvo por encima de las criticas, obviamente.
–¿Es verdad que previo al Mundial Juvenil de 1979 los concentró durante varios meses?
–Sí, concentramos tres meses antes para entrenar por la mañana y por la tarde. Yo jugaba en la Primera de Racing y eso no pasaba. Hoy están mucho mejor, pero en mi época fue un adelantado para nosotros.
–¿Cuánto hay de cierto que Menotti dijo en su momento: «No voy a Japón para ser segundo»?
–Sí, lo dijo antes de viajar: «Miren chicos, voy a Japón para ser campeón del mundo, no para ser segundo. Voy por ustedes, no por ser Menotti». El juego colectivo fue lo más importante, sumado a las individualidades que había en el plantel que marcaban la diferencia. Él cuando nos reúne y nos dice: «Vamos a trabajar estos tres meses de lunes a viernes, volverán los fines de semana a sus clubes para jugar en el nivel que estén jugando, y en estos tres meses para trabajar la parte táctica y física, y preparar, además, el equipo para un Mundial».
–¿Era muy claro lo que pretendía Menotti?
–Sí, siempre la tuvo clara. Nos dijo, además, que no íbamos a ser campeones por él, sino por la calidad que teníamos nosotros. Que venga la persona que ves en la tele y te diga eso, te hace pensar que debemos hacer lo que nos diga. El juvenil fue la creación de Menotti, sin dudas.
–¿Cuánto tuvo que ver César para la obtención del torneo juvenil?
–De cero a un millón, fue él quién creó todo. Nosotros aportamos lo que cada uno tenía, pero César fue el cerebro del proyecto. Nos hizo crecer, nos enseñó la táctica, cómo hacer las cosas bien, y conseguimos ese campeonato del mundo, jugando muy bien, y todo fue gracias a él.
–¿Cómo eran sus charlas técnicas?
–Durante ese torneo en Japón, siempre nos recordaba que habíamos llegado allí para ser campeones del mundo. Una vez que llegamos a la final de la Copa, nos pidió que tengamos tranquilidad y juguemos nuestro fútbol. Nos costó contra la Unión Soviética porque estaban muy bien físicamente, nos pusieron en dificultad. Pero cuando lo empatamos, ahí nos liberamos y los matamos. En 14 minutos, dimos vuelta el resultado y terminamos ganando 3-1. Fuimos el equipo que llegó al final liberado, pero todo fue mérito de Menotti.
–¿Qué tenía ese equipo que lo definió como “el mejor de todos”?
–Ante todo un técnico muy capacitado, que tenía las cosas muy claras. Nos hacía jugar en las prácticas un once contra cero que al principio no entendíamos bien de que se trataba e íbamos muy lento. Pero luego de tanto entrenamiento y repeticiones, al final sentimos que, si había rival o no, era lo mismo, ya que jugábamos de memoria.
–¿Qué te dejó Menotti como entrenador?
–Aprendimos a rotar posiciones jugando a uno o dos pases, con aceleración y cambio de ritmo. Por eso, durante el Mundial convertimos 20 goles y sufrimos apenas dos. Además, teníamos a Maradona y a Ramón Díaz que eran desequilibrantes y marcaban diferencia. El «Pelado» convirtió ocho goles y Diego seis.
–¿Te acordás de algún consejo personal que te dio Menotti?
–Me dijo cosas básicas a nivel táctico individual y colectivo, que me sirvieron después en mi carrera. Yo tenía cualidades, pero también limitaciones. El Flaco me enseñó lo que era la táctica colectiva e individual, los movimientos como delantero, de ir y venir a buscarla, amagues y salir en profundidad.
–¿Las enseñanzas que te dejó Menotti pudiste aplicarlas en los equipos que jugaste?
–Todas fueron cosas que me sirvieron mucho cuando llegué a España, porque me marcaron hombre a hombre, y si César no me hubiese enseñado eso, hubiera sido una dificultad enorme desempeñarse allá. Me acuerdo de todas esas cosas, y fui otro jugador gracias al Flaco.